Mendoza - Febrero 2018

Tardo en llegar esté viaje..y muchos otros... Hubo un proceso interno muy grande, la vida me ha sorprendido una vez más...

“La vida no es lo que nos pasa, si no lo que hacemos con lo que nos pasa”.
Hace un tiempo me encontré con esta frase y me resonó demasiado en mi cabeza. Y acá estoy, Compartiéndola porque en lo personal me pregunté mucho el último tiempo “¿qué hago con esto que me pasó?”.
Entonces empecé a preguntarme más cosas aún, por ejemplo: ¿cómo quiero sentirme? ¿Cómo quiero estar parada frente a lo qué pasó? ¿Qué me genera hoy todo lo que me pasó?
Y poco a poco creo que voy encontrando las respuestas. No es fácil, no es una verdad absoluta. Es lo que a mi me pasa. Lo que sentí y siento.
AHORA, la gran pregunta es: ¿Qué pasó?
Pasó que el 14 de febrero de 2018 a las 2 am, que ironía el día de los enamorados, volví a nacer. Yo volvía de pasar unos días de descanso en San Rafael con unas amigas y decidí volverme sola, antes de lo planificado inicialmente. Pero era una época de muchas cosas por hacer y era un mini descanso previo a las GRANDES VACACIONES! A ese gran viaje soñado, entonces “no valía la pena” tomarme un día más para no volver en el caos del fin de largo. Como mi vida era caos, un poco más “qué me podía hacer?”. Fue un fin de semana de mucho descanso, de dormir muchísimo, y para seguir en la misma sintonía, me dormí profundamente durante todo el viaje, desde que me subí al micro. PERO, 2 am, todo se detuvo o todo volvió a empezar, depende desde lo veamos. 2 am, me despertó un ruido que no puedo explicarlo con palabras, un golpe en mi cabeza, que no se puede medir con adjetivos que conozca, gritos, llantos, el micro choco. El chiste de “martes 13 no te cases y no te embarques”, se estaba haciendo realidad. No sabía si estaba despierta o simplemente era una pesadilla. Pero era REAL. Estaba atrapada entre vidrios, fierros, y tanto ver el hombre araña, hizo su efecto, y no sé cómo pero salí de ahí sola, y pegue el salto de mi vida, y unas chicas me cuidaron. Nunca sentí tanto miedo pero increíblemente fui muy valiente, recuerdo estar tranquila. Solo pedía ayuda para no sangrar tanto. Y toda esa noche, me encontré con gente maravillosa, desde las chicas que me dieron su toalla para limpiearme, pañuelos, agua, desde el auxiliar del micro, que me dio sus zapatos porque yo estaba descalza y estaba lleno de vidrios y tenía el pie bastante detonado, desde toda esa gente que paró en la ruta a ayudar, esos hombres que me bajaron del micro, esas señoras que me abrigaban en la ruta para que no tenga frío, a los bomberos, en especial al jefe de bomberos y su señora, que se ocuparon de mi de una manera increíble, y qué decir de la gente del HOSPITAL DE AMEGHINO! Sólo puedo decir GRACIAS por atenderme como lo hicieron, a ese cirujano por cuidarme tanto mi cara y hacer su trabajo impecable, por hablar con mi gente y explicarle cómo estaba, no solo hizo un gran trabajo profesional si no que humanamente fue más que un diez. Al igual que la señora de administración que hizo todo para que yo esté en Buenos Aires de nuevo. Y me cuidaban y me contenían. Por primera vez estaba sola, estando lastimada y tenía un miedo que jamás había sentido. Solo quería una cosa, y era estar con Mariana, Mari Ana. Nada me importaba más que estar con ella. Será que si me duele un dedo, se qué solo tengo que llamarla a ella y ahí va a estar a lado mío, para cuidarme! Y era lo único que quería y el miedo me paralizo de tal forma que no pude llamarla, no sabía cómo decirle lo que me había pasado, porque la conozco y sé que iba a querer trasladar inmediatamente a donde estaba y no sabía cómo manejar eso. Entonces ahí aparece un héroe más en esta historia, soy hija única pero la vida me dio un hermano de corazón, y él se ocupó de hablar con ELLA y contenerla, y de estar con ella las primeras horas y de mover cielo y tierra para traerme de nuevo a casa. Él, mi peto, mi querido Maurito, Mauro Scopelliti! GRACIAS por cuidarla, no te das idea lo importante que era para mi. Yo estaba sola pero no quería que ella también lo esté. Y vos estuviste ahí. Así como después mi querida Sole, Gabriela Soledad Sena, vos seguiste acompañando a Mariana, vos junto a ella pusieron un poco los puntos para que dejen de lado los papeles y me prioricen a mí. Pero una vez más, ante todo la cuidaste a ella también. Y las 15 hs que estuve lejos de Mariana, ustedes hicieron que se sienta menos esa ausencia.
Y de acá en adelante, solo puedo agradecer a todos mis amigos, mis compañeros, médicos y muchas personas que estuvieron acompañándome en todo ese proceso. No quiero nombrar a nadie en particular pero es imposible no nombrar a mi compañera de viaje, Sabrina Romano y su familia, que cuidaron a nuestra pelota, como si fuera de ellos. Es más Carola, aprendió a caminar por la calle después de siete años. BUE CAROLA! Pobrecita, fui tan insoportable, mi entretenimiento era tirarle los juguetes, o sacarla de la cama, chiquitina linda. A mi querida planera, Lu Lula, que me trajo el kit para aliviar el dolor, la cama para mamá, entre tantas cosas. A mi amada Tana, Valeria Scintu, que pobre le toco verme en pleno ataque de crisis por los dolores que tenía y después venía y me hacía las pastas más ricas del mundo. Mis queridas chicas FADU, Guada Tonolini y Flor Texier, que me endulzaron un poco la estadía, que raro comiendo nosotras. A los que estaban lejos y sin embargo, mundo moderno, había video llamadas para verme, Ezequiel Sculli, Vale Sosa (por suerte la distancia a veces es muy chica) y Flor Garcia. Las consecuencias del choque fueron que me quedó una cicatriz de 8 cm en la frente, un pie quebrado, el otro cortado, rodilla lastimada, moretones y muchos golpes por todo el cuerpo. Era SÚPER FRANKY! (Mi hermosa “prima”, Julieta Bardi encontró el nombre perfecto al momento y otra que pobre, controlaba todas las crisis, hasta cuando Mariana un día me dejo y se hizo cargo de mi persona). Y a cada uno que estuvo conmigo esos primeros días, no quiero olvidarme de nadie pero seguro va a pasar, GRACIAS a Ricardo Martin Sedero, Natalia Ferraro, Alejo Antelo, Flor Medio, Emmanuel Marsilli, Jesica Suarez, Junior Ischia, Luz Maria Sires Rojo, Manu Bastanchuri, Maxi Ibarra, Camila Villarreal, Ana Lisa, Gero Rey, Dalila Gryngarten, Agustin Slapak, Catalina Di Stabile, a mi querida chiqui y marido, Barbarita Zapata, GRACIAS POR TODA LA HOSPITALIDAD, estuvo muy bueno San Rafa! También a mi querida Prima Mari, Maricel Muscio, encargada de sacarme el dolor de anular todo el viaje y buscar las mejores opciones. A Cruz Mujica y Luciano Landajo, que le encontraron la vuelta para cuidar mi estado mental, y volver a laburar a la distancia, haciéndome un poquito más feliz. Y mi querida belu, Belen Suarez, gracias por la bota de astronauta, me sentí mas cerca de Elliot! Y muchas personas más que mandaban un simple “Cómo estás”, pero estás bancaron los primeros días de crisis. Y espero no olvidarme de nadie!
AHORA, eso es lo que paso, es un breve resumen. En todo ese tiempo pase por muchas emociones, me seguí encontrando con mis peores demonios y mis sentimientos más feos y oscuros. Estaba muy enojada por lo que me pasó, por todo lo que tuve que dejar atrás y estuve mucho tiempo muy triste, sin dormir, intolerable al nivel más máximo, y tenía mucha bronca e incluso odio hacia la compañía de micro, hacia el chofer, hacia personas que escribieron que “un error lo puede tener cualquiera” y me generaba demasiadas cosas feas. Ya que esos errores hicieron que mi vida quede parada, me hicieron perder demasiadas cosas. O eso era lo que veía durante los primeros meses de dolor. E incluso, me trajo perdidas de amistades, y hoy veo que cada uno hace lo que puede, capaz el error es poner expectativas cuando no sabemos como puede tocarle a cada persona. Pero prefiero enfocarme, en todo lo que gane y perdonar, todos podemos fallar, creo que el mayor error es esperar que las personas se comparten como uno lo haría, y es el principal error propio.
HOY, con mi alta definitiva, me pregunto qué quiero hacer con todo esto? ¿Cómo quiero enfrentar el accidente? ¿Cómo una víctima? Y la verdad que es lo que menos quiero. Quiero dejar atrás lo que paso. Quiero sacarme esa mochila. Acepto que así tenía que ser. El universo me dijo que tenía que parar de alguna forma, capaz un poco fuerte para mi gusto, pero hizo que vea muchas cosas de mi vida que no miraba. Y quiero PERDONAR a ese chofer que se equivocó, nunca voy a saber si fue una rueda, un mate, un agua, si estaba cansado o si simplemente fue un segundo de distracción pero ya no vale la pena saber porqué pasó. Paso y tengo que aceptarlo. Y a este señor y a esta compañía además de perdonarlos, hoy les digo GRACIAS! Porque volví a empezar, empecé a ver las cosas de otras maneras, entendí que el universo o Dios de alguna forma te dicen las cosas, y yo tenía que parar un poco, estaba viviendo una vida de vértigo absoluto, de no darme un segundo, de no mirarme ni escucharme. Y hoy tengo una segunda oportunidad. La cual quiero aprovechar. E increíblemente, a pesar que estuve toda rota, me siento maravillosamente bien, me siento mejor que nunca, siento una felicidad en mi que hacía mucho tiempo no sentía. Las cosas pasan, y aceptarlas, y ver lo bueno de lo que pasa, hace que todo sufrimiento se transforme. Se transforme en amor. Está es mi historia, esto es lo que me paso, lo que sentí y siento. No significa que sea lo correcto, y mucho menos que se pueda entender. Simplemente tenía ganas de contarlo, de expresar lo que sentí todo este tiempo, y lo que siento hoy. No es algo sencillo. Pero siento que la mochila, hoy pesa mucho menos. Me olvidaba de mencionar a los tres mosqueteros, que me hicieron ver que existen otras herramientas, que me enseñaron un camino nuevo, Ezequiel Sculli, Javier Sculli y Federico Peiretti. ¡Gracias por hacerme PROTAGONISTA! -

Y gracias a esas personas maravillosas que comparto cada martes, que me escuchan y me dan sus historias, y hacen que todo sea más fácil. Y para terminar, quiero dedicarle un párrafo aparte a ELLA, la que me banca siempre, la que es incondicional, la que está conmigo sin importar lo que pase, la que me rompió el primer plato de mi casa (te perdono), la que me mimo, me cuido, la que me escuchaba, me ayudaba, me llevaba a todos lados, GRACIAS POR TODO! Perdón por volverte loca tantas veces, porque muchas veces te trataba mal sin que te lo merecieras, pero era el modo de descargarme, porque no me animaba a llorar y sacar todo lo de adentro, porque no quería que me veas mal o triste. Pero vos mejor que nadie sabía como me sentía. Pero también quiero que sepas que hoy estoy muy bien, y feliz. Y es mucho más fácil volver a caminar si te tengo a VOS A LADO MIO! ¡Gracias Mamá! Mari Ana ¡Te amo!



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